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  • Las intervenciones m dicas no

    2018-11-13

    Las intervenciones médicas no pueden orientarse S63845 cubrir la ilusión de que si un sujeto parece mujer, entonces será mujer. ¿Qué es una mujer? ¿Qué es un hombre? La intervención médica no pueden resolver tal dilema, sino que lo deberá resolver cada sujeto lo mejor que pueda, independientemente del equipo orgánico y metabólico con el que cuente. Debemos entonces pensar qué le corresponde hacer a los médicos a quienes se acude en búsqueda de ayuda y qué tipo de ayuda les es posible brindar sin que ello implique trasladar el sufrimiento de un ámbito a otro. Siempre es difícil ensayar nuevas alternativas, pero es necesario hacerlo cuando los resultados actuales son tan problemáticos. Que un/a recién nacido/a no sea operado/a en su primera infancia no quiere decir que deba quedarse sin una atención médica que procure su bienestar. Incluso es posible que en una edad posterior, cuando el/la paciente comprenda la información y tenga capacidad para decidir, solicite por sí mismo/a alguna intervención médica que implique modificar su cuerpo de manera permanente. La diferencia será que la solicitud, responsabilidad y elección del tipo de modificación que se solicita procederán de la persona poseedora de dicho cuerpo y no de sus familiares o de las/los médicas/os tratantes. Hasta hace poco menos de medio siglo se podía suponer que el fantasma de las identidades unívocas estaba subordinado a las formas de reproducción de la especie humana. Con los avances tecnológicos y el uso cotidiano de las nuevas técnicas fuera del ámbito especializado, es claro que la función reproductiva ya no está en riesgo; lo que se tambalea desde hace tiempo es la estructuración hegemónica del orden social occidental. Las identidades son una ficción de unidad, correspondencia, estabilidad e integridad. El ser humano es mucho más complejo que eso, y sin duda hay otras formas válidas de ser y hacer en el mundo
    En 2008, Ciudad Juárez, Chihuahua fue llamada “el tiradero nacional de muertos” (: 11). Ese año fueron asesinadas en México 14 007 personas, y 18.6% de estas muertes violentas tuvieron lugar en el estado de Chihuahua. Ciudad Juárez fue el escenario de 61% de las mismas a nivel estatal, y de 11.35% a cortisol nivel nacional (). Cabe hacer mención que, el 28 de marzo, esta ciudad recibió la noticia de la conformación del Operativo Conjunto Chihuahua. En el citado mes, la confrontación entre los grupos del crimen organizado había dejado 117 personas asesinadas, en comparación con las 46 y 49 que habían sido aniquiladas en enero y febrero, respectivamente (). En el contexto de esta estrategia, la ciudad se vio inundada de miles de soldados y fuerzas federales que combatirían a las organizaciones criminales. Paradójicamente, al finalizar el año, la pérdida en vidas humanas ascendió a 1 608 personas: 1 510 hombres y 98 mujeres (). Esta cifra equivale a un incremento de 508% en comparación con 2007; así fue como Juárez se convirtió en el tiradero nacional de muertos. La estrategia de este operativo —pedido y respaldado por el gobierno estatal y municipal de Chihuahua— fue parte de la declarada por el ejecutivo federal a finales de 2006 y principios de 2007 contra la delincuencia organizada, con el propósito de recuperar la para la ciudadanía de todo el país. Con las expresiones de lucha frontal y seguridad pública, recupero algunas palabras del discurso pronunciado por el presidente Felipe Calderón el 7 de marzo de 2007, durante el En este acto manifestó, entre otras cosas, que la “inseguridad y la violencia, el narcotráfico y las adicciones son de las mayores amenazas” que padece la ciudadanía mexicana. Por lo tanto, ante el hartazgo de la sociedad por la inseguridad que se vivía en el país, expresó su compromiso: “Mi Gobierno está firmemente decidido a garantizar la seguridad que todos los mexicanos demandan para vivir en un país libre de violencia y criminalidad”. Al mismo tiempo, señaló: “Desde el primer día de mi mandato, me comprometí a encabezar una lucha frontal contra la delincuencia y el crimen organizado. Dije que en esa batalla estaría yo al frente” (). Es en este contexto de la inconmensurable pérdida de vidas humanas —datos no oficiales revelan que son 10 876 las y los sucumbidos de 2008 a 2012 ()— y el discurso protector y beligerante, donde sitúo la reflexión de “Ciudad Juárez, entre el guerrero y el caballero”.